Sacamos a Caoba de la perrera, poco sabemos de su pasado antes de eso.
Caoba no confía mucho en los humanos. Siente curiosidad por nosotros y cada día avanza un poquito más. Hemos pasado de no dejarse tocar a buscar algunas caricias.
Estamos seguros de que en no mucho tiempo Caoba se abrirá a nosotros totalmente y podremos salir a pasear con ella sin problema.
Por el momento prefiere relacionarse con otros peludos con los que no tiene ningún problema.
Necesita alguien muy especial y con paciencia que quiera adoptarla.